lunes, 8 de noviembre de 2010

Evaluemos este reportaje

No son ricos, no son pobres

por Glorinel Soto

Hay un sector de la sociedad puertorriqueña que no es rico, tampoco cien por ciento pobres y cuyo poder adquisitivo los limita al satisfacer necesidades tan básicas como el cuidado de la salud, vivienda y alimentación. Este sector está compuesto por algunas personas de la llamada clase trabajadora.

En un reportaje del periódico Primera Hora, la especialista en asuntos de pobreza Linda Colón dijo que en la isla el asunto de la pobreza se trata de bajo premisas equívocas. Se suele creer que los pobres no trabajan sin embargo, el 45% de la población que vive bajo los niveles de pobreza en Puerto Rico, cuenta con la presencia de obreros y trabajadores a tiempo parcial (que ganan el salario mínimo menos del mínimo) en su estrata más baja, explicó Colón. Estas personas obtienen salarios que sobrepasan los niveles de pobreza establecidos por el gobierno como factor determinante para la otorgación de ayudas gubernamentales, sin embargo, los mismos no les alcanzan para pagar algunos servicios (ya sea salud, vivienda o alimentación) privados.

Por esta situación, aquellos que no son elegibles al plan de salud gubernamental Mi Salud, los cupones (PAN) y el programa de vivienda Plan 8, parecieran estar destinados a una baja calidad de vida o a la mentira.

Un Sistema que apoya y premia la mentira
Neida Soto tiene 29 años, 2 bachilleratos, un trabajo “part-time” en una tienda de ropa, un padecimiento de asma y una denegación de Mi Salud. Por su edad, sus padres no pueden tenerla como beneficiara de su plan médico familiar y su sueldo no le alcanza para pagar un plan de salud individual. Por esto, Neida fue a solicitar los beneficios de Mi Salud. El mismo le fue denegado porque su salario sobrepasaba por 25 centavos las tazas de pobreza establecida. Al parecer, el gobierno entiende, que una peseta más es suficiente para que ella pague un plan médico privado.

Cuando el empleado le informó las razones y la cifra por la cual le denegaban el servicio, Soto sonrió. Acto seguido preguntó si por tratarse de una cantidad tan mínima podrían hacer una excepción. La respuesta fue negativa aunque el empleado le explicó y entregó varios documentos que resolverían su problema. Uno de esos documentos debía ser completado por un médico que asegurara que ésta experimenta una gravedad de salud irreal y que toma una serie de medicamentos que la joven en realidad no consume. Si ella entregaba dichos documentos, podría cualificar para Mi Salud.

Por otro lado, Joseph- seudónimo utilizado por razones de seguridad- obtuvo el beneficio de los cupones haciéndose pasar por deambulante. El joven que salió de la cárcel hace 10 meses, explica que era la única forma de cualificar para el beneficio. Joseph también disfruta de un apartamento que le fue otorgado bajo el programa de vivienda Plan 8.

Además hay situaciones donde las mujeres dicen ser solteras aún estando casadas para poder recibir alguno de los beneficios antes mencionados. Como estos existen muchos casos donde la mentira impera ya sea por ocurrencia del ciudadano o porque es promovida por los empleados gubernamentales.

¿Cuantos y quiénes se benefician en realidad?
Linda Colón también expuso en el reportaje de Primera Hora que “aunque en Puerto Rico se habla de que el 60% de los pobres reciben ayudas, eso nunca ha sido así.” Al mismo tiempo explicó cómo con el pasar de los años el por ciento de la población que disfruta de ayudas por parte del gobierno, ha ido disminuyendo. La pregunta que surge es, ¿ha disminuido también las necesidades de los ciudadanos?
Por otra parte, la mayoría de las ayudas son otorgadas a madres solteras, ancianos y deambulantes o personas marginadas. Lo cual deja en el limbo a las personas que trabajan pero cuyos sueldos no les alcanza para sufragar ciertas necesidades.

Sin reacción el gobierno
Aunque el gobierno de Puerto Rico ha hablado en innumerables ocasiones sobre “beneficios” para la clase media (recientemente con la reforma contributiva), este asunto ha tenido poco o ningún trato.

El senador, Ángel Martínez, presidente de la comisión de salud, aún no ha contestado las preguntas que se le hicieron a propósito de éste reportaje. Las mismas pretendían ver cuál es la postura del gobierno ante esta situación, qué alternativas existen y cual es su opinión ante el esquema de corrupción que se da en el proceso de solicitud de ayudas.

Ciertamente, es una situación no vista, no atendida, aunque existente. ¿Qué ocurrirá con estas personas que constituyen el grupo de los nuevos pobres en la isla?

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